Hace ya muchos meses que Sonido y Memoria ha estado en silencio. Gracias a este silencio otros sonidos, músicas y voces han tenido espacio para traerme experiencias nuevas. Nuevos cursos, otras lecturas, estudios, planificación, reflexión, de nuevo silencio…
El silencio me permite una actividad diferente y una no actividad y hace que me llene de energía y que clarifique cuales son los objetivos y las metas. Hace que me permita un balance. Así poder continuar con un nuevo impulso y una nueva obertura.
Con la misma intención de expresarme y comunicarme, de informar sobre sonido, música y lo que la palabra nos trae a través de recuerdos y memorias recuperadas.
Este largo silencio también me ha llevado a experimentar en otros muchos escenarios, con otras pulsaciones y otras formas de relacionarme, otras maneras de entender la vida. Y sobre todo compartir mucho tiempo con personas muy diferentes entre sí que se mueven para sacarle el máximo al tiempo que están por aquí, por este mundo tan diferente según lo que te haya tocado en suerte. O según hayas escogido! que cada uno tiene su propia filosofía del existir. Si es que existimos, claro, o resulta que no somos más que un sueño contado por un idiota como decía no recuerdo dónde el querido Will S… y no es un rapero.
Mis piedras-armónicos dejan paso por un tiempo a unas huellas en la arena. Alguien las dejó y como cicatrices antiguas que se van desvaneciendo, se borrarán al paso de las olas. Todo es ritmo.
Las piedras volverán. Es una promesa.
Gracias a todos por esperarme.
Sara
1 febrero, 2015 en 14:09
Si no hablamos las piedras hablaran, ya creo que lo estas haciendo eso es un apéndice de una vida diferente plasmada en el esfuerzo de cambiar .
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2 febrero, 2015 en 10:21
Gracias Raúl. Es verdad que las piedras tienen mensajes…. y hay que cambiar, dejarse llevar por la vida que está en continuo movimiento.
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1 febrero, 2015 en 20:47
me alegro de que vuelvas a compartir tu sabiduria con nosotros de nuevo!!! gracias!!! marta
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2 febrero, 2015 en 10:17
Muchas gracias Marta. Piano, piano…
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4 febrero, 2015 en 13:03
Sara,
sempre és interessant el que ens expliques i la teva música no cal dir…
Molts petons!
Maite
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4 febrero, 2015 en 20:27
Sólo quien pisa fuerte deja huella, en la arena, en el asfalto, en la memoria….
y la música como analgésico del alma, alivia las rozaduras que el camino instala en nuestros pies.
Recién llegada, te seguiré.
Un beso,
LAURA
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5 febrero, 2015 en 9:09
Laura… mamma mia!! las palabras son también huellas de nuestra alma y quien sabe usar su alquimia como tú lo haces nos acaricia a los demás sanando heridas nuevas y hasta viejas cicatrices. Bienvenida!!!!
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22 febrero, 2015 en 18:27
Bravo, Sara! La vida és un camí, un riu, un laberint, un repte…és el que sentim en cada moment però el que, després de llegir el teu text, veig és una obra d’art feta amb consciència i esforç per esdevenir un ésser humà en tota la plenitud.
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24 febrero, 2015 en 18:54
GRàcies Elisabet! L’art i la natura… què més podem demanar per ser conscients i tindre forces i coratje?
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