El ritmo, la melodía y la armonía forman los tres principios fundamentales de la música.
Horizontalmente hablando, la música se desarrolla melódicamente: un conjunto de notas en secuencia.
Verticalmente hablando, se desarrolla armónicamente. Las notas suenan simultáneamente creando un volumen sonoro. Son verticales porque se construyen unas encima de otras por intervalos. Es decir por espacios sonoros entre ellas.
Una sucesión de notas, crea una melodía. La melodía es pasado, presente y futuro pues las notas que ya han sonado, las que oyes en el momento presente y las que oirás después construyen las frases melódicas.
La armonía es presente? Podría plantearse así, ya que son bloques de notas.
Aunque no es exactamente así, ya que tanto melódica como armónicamente, la música es tiempo y es efímera. Desaparece en cuanto es. Pero sin lo que ha sido (es decir, se ha oído) nuestro oído no entendería lo que es (lo que se oye en el presente) y no podría entender lo que sucederá, (lo que se oirá). La melodía y la armonía no existen una sin la otra. Y es en la Fuga que este ser de la música es más evidente, pues una idea expresada musicalmente por una frase melódica va a ser llevada por diferentes caminos hasta crear una construcción que tiene una presencia intangible. La frase o frases son los ladrillos que van a ir formando una gran catedral musical o una humilde cabaña, según la pericia del compositor, de los intérpretes y de la finalidad de esa idea u objetivo expresivo.
Dejémonos llevar por la imaginación y al escuchar, quizás aparezcan ante nuestros ojos las construcciones que la música crea en el éter.
«Canciones sin palabras» de Mendelssohn. Lo que un clarividente ve cuando se interpreta en un órgano de iglesia.
Creo que la música es una de las puertas hacia otras dimensiones, hacia otras esferas y otros mundos. ¿El mundo del alma? ¿El mundo del espíritu? No lo sé. Como tantas personas intuyo algo así. Esa puerta o puente entre nuestra esfera material y otros mundos quizás angélicos, quizás infernales me parece una forma de recordar quienes somos realmente. O cuál es nuestro origen. Al menos, me parece un camino para responder a las preguntas de siempre.
Escribía hace semanas sobre el sonido de los planetas. La música de las esferas, decía. Oyendo el sonido de los planetas, no dejaba de recordar otros sonidos, como la música creada e interpretada por personas. Y esto me lleva a hacer un pequeño preámbulo:
Junto con el ritmo, la melodía y la armonía forman los tres principios fundamentales de la música. Notas sonando sucesivamente forman una melodía. Las notas sonando simultáneamente conforman la armonía. Y estas notas que suenan a la vez son los acordes que se construyen por intervalos. Es decir por notas con frecuencias diferentes.
Y este preámbulo tiene que ver con una armonía muy específica que usa acordes llamados clúster. Las notas que tocadas simultáneamente forman un acorde, como decía, tienen espacios entre ellas: intervalos de tercera. Por ejemplo: el acorde de do mayor está formado por las notas do, mi y sol. Ni el re, ni el fa, se tocan y el resto de notas tampoco. Si añadimos otras notas, entonces ya es otro acorde.
En un piano estaríamos tocando teclas intercaladas.
Un acorde clúster se forma por notas sucesivas: do, do sostenido, re, re sostenido… es decir por intervalos de segunda (mayor o menos). En el piano se entiende fácilmente pues tocaríamos a la vez teclas unas al lado de las otras.
Tradicionalmente se consideran inarmónicos. Disonantes. Que suenan mal.
Sin embargo, desde el s. XVI se conocen estos acordes y algunos autores los han usado esporádicamente. Por ejemplo Verdi en la ópera Otelo. Es a partir del s.XX. cuando se ha investigado y usado esta armonía tanto en música clásica como en jazz y especialmente en bandas sonoras de películas de suspense, terror o ciencia ficción. Justamente por el clima emocional de incertidumbre, inseguridad y desconcierto que genera por la falta de centro armónico.
Pero lo que ocurre con algunas de las composiciones actuales especialmente para canto, no parece suscitar este tipo de clima emocional. Es más, no sólo son reacciones emocionales las que genera sino también fisiológicas. Tal y como la terapia de sonido postula.
Los clúster se forman sumando notas. Se van añadiendo notas con relaciones armónicas muy cercanas entre ellas hasta tener muchas notas sonando juntas. Se forman como en un racimo, que es justamente lo que clúster significa. Y la cuestión es que al final tenemos la relación de armónicos expresándose conjuntamente en el más sutil plano material de la energía que es el sonido junto con la luz. Es también lo que suena al procesar las frecuencias de los planetas.
El sonido de los planetas que oímos gracias a la Nasa, resulta que se parece bastante a la música de algunos compositores que usan este tipo de armonía. Como la música de “2001: Odisea en el espacio” que comentaba en el post: https://wordpress.com/post/52323258/256/
Ligeti fue discípulo de Bela Bartok que a su vez lo fue de Henry Cowell, pionero en promocionar este recurso armónico a principios del siglo XX.
Actualmente Eric Whitacre es conocido por su estilo basado en este tipo de armonía. Él dice:
«Desde mi más temprana experiencia de cantar en un coro me encantaba cantar tanto segundas mayores como segundas menores con otras voces. Todavía me hace reír, me hace sentir hormigueo. Y por alguna razón, sólo ocurre con las voces. Me encanta este sonido con cuerdas o metal, pero de alguna manera con la voz humana cuando están tan cerca entre sí, es exquisita para mí. Y así, creo que porque yo tiendo a usar un poco esos gestos, los cantantes están tal vez teniendo una respuesta fisiológica cuando están cantando mi música – que les hormiguea de la misma manera que a mí «. – Eric Whitacre
A mí me ocurre. Hay una respuesta física y energética además de la esperada reacción emocional cuando escucho estas composiciones. Al igual que al escuchar los sonidos de los planetas. Como les ocurrió a los científicos que oyeron esos sonidos por primera vez al procesar sus frecuencias.
Que el sonido de los planetas y la música creada con esta estructura expresada a través de la voz humana se parezcan y que el efecto físico y emocional sea el mismo es lo que me da que pensar, pues parece una evidencia de un estado olvidado y que de pronto recuerdo. Intuyo una pertenencia. Siento una nostalgia de algo lejano o perdido que reencuentro, que vuelve a mí después de un largo y accidentado viaje.
Para quien quiera profundizar sobre la conexión entre la creación musical y la ciencia. En inglés.
Emitido en directo el 05 de mayo. 2015
Desde St. Paul, Minn., Compositor Eric Whitacre se unirá American Public Media Brian Newhouse acerca de la creación de su obra más reciente, «Deep Field».
Hoy 1 de mayo. Día del trabajo. Estaba pensando en el significado de la palabra trabajo y en que siempre me ha intrigado que el día del trabajo se celebre no trabajando.
La mayoría de personas sufren más que disfrutan del trabajo que tienen. Muchas lo que sufren es no tener ningún trabajo en absoluto. Las condiciones laborales pueden llegar a ser explotación pura y dura… Así se puede entender que se quiera celebrar con una fiesta.
Me gustaría que cuando todos pensáramos en “trabajo”, surgiera una sonrisa en nuestros labios. Sería genial que fuera sinónimo de “juego”, para que todos asociáramos tantas horas de nuestra vida a momentos de placer y alegría, de creatividad y de compartir.
Quien se dedique a una actividad que ama y que le permite realizarse como ser humano, sabe que es así. El tiempo se detiene y nos instalamos en una sensación de pertenecía y completitud.
Las labores creativas tienen esta dimensión. Las horas y horas de dedicación, ensayo y pruebas se disfrutan sobre todo en el momento en que una creación se redondea y ya está lista para sentirla y disfrutarla. Y ese proceso es una forma de afinarnos. Ese proceso nos cura. Es como un juego que sin saber cómo, nos ha llevado a aprender o integrar alguna cosa que de otra forma hubiese sido imposible o en todo caso mucho más difícil.
Se puede jugar con la música de muchas formas. Pensaba en los juegos matemáticos para hacer música como el de los dados de Mozart del que hablaré en otro momento. Pero he recordado el sonido de los instrumentos de juguete que solemos menospreciar tanto como los trabajos humildes.
Ambos son importantes. Y además nos llevan a recuerdos muchas veces necesarios para traer al presente sentimientos y emociones que pueden ayudarnos a entender quienes somos o a recordar partes de nosotros mismos que olvidamos hace tiempo.
Es como la melodía de un saxofón de juguete tocada por un payaso en el centro de la pista.
El sonido como lo conocemos en la Tierra es un fenómeno relacionado con el aire que nos envuelve y que nos permite la vida. Y desde siempre se nos ha dicho que en el espacio no hay sonido: es un vacío virtual en el que no caben las ondas sonoras.
En “2001 Odisea en el Espacio”, Stanley Kubrick relacionó ese silencio estremecedor con el vals más famoso de Richard Strauss: el Danubio azul. El Universo ya tenía sonido. Siglos de especulaciones sobre lo que Pitágoras decía sobre La Música de las Esferas y por fin el Universo tenía una melodía. Eso fue en 1968.
Júpiter y Europa
Apenas 9 años después la NASA envío al espacio las sondas espaciales Voyager I y II con la misión de explorar el espacio interestelar y localizar los límites del sistema solar. Una serie de grabaciones que las sondas enviaron a la Tierra dan una nueva visión al concepto de La música de las Esferas. Estas grabaciones estaban obtenidas con instrumentos diseñados para captar las vibraciones electromagnéticas gracias a las antenas de Plasma Wave que estaban diseñadas para captar vibraciones dentro del rango del oído humano (entre 20 y 20.000 hertzios).
Así que una vez en la Tierra ya podíamos “traducirlas” y oírlas.
Saturno
Cada planeta, la luna o los anillos de Saturno tienen patrones diferentes, con un distintivo que podríamos calificar de musical.
El caso es que representantes de la NASA y el Jet Propulsion Laboratory propusieron al Dr. Jeffrey D. Thompson, experto en neuroacústica, experimentar con esta serie de grabaciones ya que parecían tener un efecto de profunda relajación en los científicos e investigadores que estaban expuestos a ellas. El Dr. Thompson ha trabajado con sonidos primordiales (del cuerpo humano y de la naturaleza) para la sanación física y emocional estudiando el efecto y resultados en el cuerpo y la mente.
Os propongo experimentar con estos sonidos, de momento con Júpiter y Saturno. Algunas personas los usan para trabajar, otras para relajarse o la meditación. Personalmente, unos sonidos me ayudan a concentrarme en trabajos de planificación y creación y otros en la relajación o estados meditativos o de ensueño. A ver si coincidimos!!!
Júpiter:
Saturno:
Propongo también escuchar la banda sonora de “2001. Odisea en el espacio”. Algunas de las piezas parecen sacadas directamente del espacio. La semejanza con los sonidos de los planetas es turbadora, especialmente las composiciones de Ligeti. No es una coincidencia, creo.
El 13 es un número estigmatizado en nuestra sociedad. Que si Judas, que si viernes o martes 13, que si rompe el grupo de los doce como los meses del año por ejemplo. De lo que se trata es de lo que nos altera la forma habitual y conocida de entender y vivir las cosas. Por ejemplo, estamos acostumbrados a dividir el año según los ritmos solares. Pero podríamos hacerlo por los ritmos lunares como en otras culturas y tendríamos 13 meses… El 13, creo, es una vuelta al principio, pero con una experiencia y una sabiduría que nos permite desechar lo inútil, quedarnos con lo esencial.
Bueno, ésta divagación viene a propósito de un estudio realizado por la Universidad de Barcelona publicado el pasado marzo sobre personas insensibles a la música. Me intriga que justamente escogieran 13 temas musicales para la investigación. Y hablando de tabúes o estigmatizaciones, me pregunto si no hay más de un 5% de personas insensibles a la música. Este es el porcentaje al que llega como conclusión dicho estudio. Y lo digo porque en nuestra sociedad la música está en todas partes y es un valor añadido para las relaciones sociales. Pensemos en los adolescentes y jóvenes: la música es un elemento aglutinador de pertenencia a un grupo, fuertemente unido a la imagen que quieren proyectar. ¿Es posible que algunas personas no sientan nada con la música y disimulen para ser aceptadas? Quizás esto explicaría el éxito a nivel mundial de determinados personajes… incluso, esas personas ¿disfrutan de las películas? Quitad la música de la pelis y en la mayoría de los casos, os quedáis sin película.
El placer relacionado con la satisfacción de las necesidades básicas para la supervivencia como la comida y el sexo y el placer atribuido a la recompensa por dinero por ser el medio para satisfacer nuestras necesidades activan áreas del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa que suministra dopamina. La ciencia aún no sabe explicar porqué el placer de escuchar música activa las mismas zonas cerebrales. ¿Cómo se ha colado la música dentro del grupo de las necesidades básicas? Aunque a mi parecer también podrían plantearse porqué se ha colado el dinero…
El estudio refleja que las personas insensibles a la música, sí experimentan placer con la comida, el sexo y el dinero. Además, pueden saber qué música va a emocionar a pesar de que no puedan experimentar placer ellos mismos con ella. Para los científicos, este estudio inicia nuevas líneas de investigación para entender las bases neuronales de la música y cómo los sonidos pueden traducirse en emociones además de muchos otros como sería la comprensión de las adicciones.
La pregunta desde el punto de visto de la Terapia de Sonido y Musicoterapia sería si esas personas son sensibles a la curación mediante el Sonido y la Música. Creo que a la Musicoterapia clínica en la que las emociones son básicas para explicar el proceso terapéutico, se le plantea un interesante reto que incluso podría hacerle replantearse sus teorías e incluso procesos terapéuticos. Desde el punto de vista de las Terapias vibracionales, supondría también un reto que a mi parecer le llevaría a tener más presencia en la sociedad en general, pues sean sensibles o no las personas o seres a los que se aplica, se tenga reacción emocional o no, el sonido, cura. Y al partir de este principio, se aplica a seres de los que no sabemos aún, científicamente hablando, si tienen respuestas emocionales o no como las plantas por ejemplo. Pero es curioso que las vacas produzcan más leche si escuchan a Mozart y si pensamos que la dopamina está relacionada con la producción de leche…, pero bueno, tampoco sé si se han hecho estudios sobre el placer que sienten las vacas!
Otra razón por la que me interesa este estudio es por entender a una persona que conocí y que quizás formaba parte de este 5%. Creo. Decía que la música no le gustaba. Rodeado de personas que amaban la música y que expresaban muy intensamente el placer que experimentaban, él era una sombra que se deslizaba en medio de todos. No parecía una persona sensible o apasionada en nada en la vida y aunque yo no lo relacionaba con el hecho de no gustarle la música, quizás ese era el motivo.
Y para que cada uno saque sus conclusiones aquí os dejo la lista de los 13 temas musicales. Fueron escogidos por un grupo de expertos independientes en base a seleccionar temas que la mayoría de las personas consideran muy placenteras:
Barcelona. Montserrat Caballé y Freddie Mercury
Nessun Dorma – aria de la opera “Turandot” de G. Puccini
Carmina Burana- Carl Off- tramo 2:15 a 3:15
The Sound of Silence- Simon & Garfunkel
Canon en Re – J. Pachebel
El Cant dels Ocells- Pau Casals
Para Elisa- Beethoven
Now we are free- Hans Zimmer y Lisa Gerrard. De la película “ Gladiator”
El lago de los cisnes – Tchaikovsky – tramo 0:49 a 2:20
Rivers flows in you- Yiruma
La lista de Schindler – John Williams- de la película del mismo título
Las cuatro estaciones, Primavera, el Allegro- A. Vivaldi
Las cuatro estaciones, Verano, el Presto- A. Vivaldi
Comparto dos de ellas que me emocionan especialmente… 🙂
Notas:
Dopamina es un neurotransmisor en el sistema nervioso central con muchas funciones en el cerebro. Está relacionada con el comportamiento, el movimiento, el conocimiento, la motivación, la recompensa, el sueño, el humor, la atención y el aprendizaje, regula la producción de leche en las mujeres lactantes.