Nos dicen los científicos que estamos formados de la misma materia que las estrellas. Esta es una idea poética además de científica. Sin embargo, observando el transcurrir de la vida de la mayoría de las personas, es difícil de creer. Cuando escuchamos la música que mueve nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestras pasiones, entonces podemos empezar a considerarla. De hecho, inmersos en la música, no hace falta que nos lo digan los científicos. Lo sabemos. Nosotros somos estrellas!!!!

Imagina que estás en la playa. El sonido del mar te envuelve. O quizás en tu refugio oyes el crepitar del fuego mientras el viento silba en el exterior. Qué sensación de seguridad! A veces es una canción que te hace sentir unido a otros o quizás la pertenencia a un lugar o con un destino común. Otras veces, es el miedo provocado por sonidos extraños a deshora o un malestar por ruidos que no cesan o por el trueno en medio de la noche y la lluvia, la preocupación por el llanto de un niño… Sonido, música, ruido… vibraciones sonoras que rodean y penetran en nuestro cuerpo, en nuestra alma.

El sonido es un fenómeno físico que se produce a partir de provocar en un cuerpo una vibración creando ondas sonoras que se propagan a través de la materia. Vibración sonora implica transporte de energía en forma de ondas mecánicas, pero no tiene que ver con transporte de materia. El sonido es energía en movimiento.

Volviendo al tema de la ciencia, hay una forma racional de acercarse al tema de cómo funciona ésto del sonido y la música como terapia.  Otra forma es la de la intuición. Creo que si vamos de la mano de ambas formas podemos ir acercándonos.