sonido y memoria

Noticias y opiniones sobre sonido, música, salud y crecimiento personal


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DESPEJANDO EL CAMINO

Ellas salen de madrugada del albergue y en la Cuesta del Perdón creen que no podrán llegar jamás a la cima. Pero sí la coronan, aunque sufriendo y llorando de dolor. No han podido entrenar y todas las etapas son agónicas. Y siguen.

Están acostumbradas a seguir. Nada puede pararlas. No se dan cuenta de que, queriendo descansar de sus responsabilidades y obligaciones, de sus maridos, hijos y trabajos, continúan con su ritmo de esfuerzo y agotamiento. Y ríen junto a los peregrinos de metal. Se asombran de las montañas y de los molinos de viento. Y se hacen una foto sonriendo.

No se trata de demostrar nada a nadie. Solo sentir la libertad de hacer sin horarios. De solamente pensar en sí mismas. De no organizar, planificar, resolver o solucionar para otros. De no preocuparse de qué pasará mañana, el mes que viene o dentro de veinte años.

Poder hablar del espíritu y cantar o bailar. Estar horas llenándose de amor por una flor o un árbol. Abrazarse cuando la conversación naufraga en los problemas sin solución. De vuelta al temor de volver, de virar otra vez a la resignación y a la certeza de que hay que regresar a la soledad de tirar del carro de todos. De los maridos fracasados y perdidos en sus sueños inútiles en los que se olvidan de solucionar el día a día. De luchar por dar a sus hijos las oportunidades que no les dieron a ellas. Unos hijos aún demasiado jóvenes para valorarlo. De los trabajos vacíos que se comen su vida cada día.

Se cruzan con otros caminantes. Unos deportistas, otros buscavidas, algunos peregrinos y bastantes turistas. Cada uno con su historia.  A media mañana, ven a lo lejos la pareja de ancianos. Han hablado con ellos en el albergue. Vienen de muy lejos, parece ser que por una promesa. Como tantos otros.

Van lentos. Cuando ellas llegan a su lado, asisten a una escena diferente de todo lo que han visto hasta ahora. La señora camina pequeños pasos con la ayuda del bastón. Diminutos pasos arrastrando los pies cansados. Pisadas de apenas unos centímetros mientras el señor, ahora con un palo, ahora inclinándose para usar sus manos, le allana el camino, lo limpia de piedras que puedan estorbar. Ella, concentrada en sus pies, con la mirada cercada en apenas un espacio minúsculo, meta milimétrica a meta milimétrica. Él tan ágil y activo despejando el camino.

Y esta devoción a ellas les da esperanza.


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EL PUENTE

Salía de Cirauqui ya agotada. Distraída. Calculando la distancia y el tiempo que me restaba hasta la siguiente parada. Todos me habían adelantado hacía horas.

La bajada me llevó hasta la calzada romana y a punto de cruzar el puente de piedra me sobresaltó el saludo de un peregrino sentado sobre una roca al lado del sendero.

  • ¡Buen Camino!
  • ¡Buen Camino! – respondí.

El hombre, vestido con mallas de color verde desvaído me pareció extraño. No tanto por su ropa que semejaba un disfraz y que me hizo pensar, no sé por qué, que podría ser un bufón, sino por su pose lánguida y una expresión soñadora en la cara. Tenía los ojos adormilados y una ligera sonrisa y más que cansado, se diría alguien rendido a alguna sustancia alucinógena. Eso supuse cuando entendí su pregunta.

– ¿Puedes ver las piedras alineadas y esas luces como esferas? Allí, junto al olivo- señaló.

Esta vez, su voz sonó muy antigua, tan vieja que creí oír la armonía de un canto medieval. Al mirarlo con más detenimiento no era el bordón del peregrino lo que balanceaba perezosamente en la mano izquierda, si no la cola que de sus posaderas emergía. Retiró con parsimonia la capucha de su cabeza. Dos protuberancias, escondidas hasta ese momento, aparecieron. Unos cuernecillos de un color púrpura intenso se sumaron al atrezo. Creo que asistí a una escena teatral largamente ensayada. Su sonrisa se ensanchó y sus ojos brillaron con un aire malicioso.

Me pareció curioso que varias líneas de piedras señalaran el camino desde la posición del estrafalario personaje hasta un olivo solitario que se alzaba a unos metros frente a nosotros. Y que rodeando el árbol, danzando, flotando y balanceándose al ritmo de la brisa, esferas de luz brillante me invitaran a seguirlas y continuar caminando.

– ¿Quién eres?, me hizo una segunda pregunta.

Sentí que pretendía confundirme.

  • ¿Quién soy yo? No sé, espero descubrirme caminando.  

Rumiaba abstraída como estaba en estos dilemas. Así tardé en reaccionar.

  • Y tú, ¿Quién eres tú? -me encaré.

Pero al girarme, ya no estaba allí.

  • ¿Cuál es tu camino? Le oí preguntarme una tercera vez, desde más allá.

Quise seguir avanzando. No hacer caso de sus preguntas, ni de las sensaciones que tenía. Pero mis pies estaban clavados en la tierra.

  • ¿Quién eres? Repetí mirando concentrada el camino

Al volver a mirarle, había desaparecido otra vez. No estaba ni junto al olivo, ni sentado sobre la roca, ni en el sendero a derecha o izquierda.

Suspiré. Sin molestarme en entender qué había pasado, ahora sí, seguí caminando sin darme cuenta de que las piedras alineadas, las luces y el camino mismo también habían desaparecido sin dejar rastro.

Lo último que pensé antes de caer del puente fue que no sabía si hacía el Camino de ida o ya estaba de vuelta.


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Del tambor a spotify, qué más vendrá?

EvoTechMusic


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Piedras que cantan

Este agosto los ritmos han cambiado para mí. He podido estar en espacios más naturales, lejos de una gran ciudad. Disfrutar de olores, colores, luces y sonidos más acordes con los ritmos corporales. Recuperar un poco las sensaciones ordenadas por el cuerpo, dejando que hable y haciéndole caso. No mucho, unos días no dan para restablecerse en ser humano. Días, semanas, meses y años viviendo al ritmo de la ciudad y de la vida del este siglo nos convierten en autómatas ignorantes de sí mismos. Cuesta tener la conciencia despierta. Como piedras, dirían algunos… Sin embargo, no somos piedras. Las piedras parecen no tener conciencia. Creemos que no tienen alma. Pero simplemente su ritmo es diferente. Algunas veces nos ayudan a tomar conciencia de nosotros. Sólo es necesario saber cómo.


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Arañas y Lobos

Uff!!! De pronto ya es fin de mes y el blog espera su post mensual. Estos calores me hacen perder la noción del tiempo. Por favor!!!! que llegue la noche con la esperanza de una tregua. Me conformo con una ligera brisa…

Y es el calor y el verano, la siega, los trabajos manuales de sol a sol y el peligro de la mordedura de una araña o de un escorpión, los rituales con música y baile para la curación  de una picadura… El peligro… Me ronda por la cabeza el tema de la tarantela, el tarantismo, la tarántula…

No sabía la denominación científica de estas arañas: Lycosidae, la que nos ocupa Lycosa tarántula. Y Lycos en griego significa Lobo. En la literatura inglesa a estas arañas se las llama Wolf spiders.  Son las arañas de mayor tamaño de Europa y se supone que su picadura es mortal. O se suponía, pues ahora sabemos que no es así. Pero produce convulsiones y de ahí la cura a través de bailes que imitan los movimientos rápidos y espasmódicos y que los músicos tocando la Tarantela ayudaban a sanar.

El tarantismo en Italia y el baile de San Vito en otras regiones de Europa provocaba la inconsciencia en las personas y la incapacidad de controlarse. Bailaban sin parar durante horas, días, semanas y meses. Hay muchas conjeturas y bien diferentes. Desde la locura o la epilepsia a una maldición pasando por reminiscencias de antiguas ceremonias paganas o histeria colectiva. Según mi parecer todas las explicaciones tienen una parte de sentido o de verdad.

Lo que me intriga es el componente de contagio. Tanto en el tarantismo como en el baile de San vito o la coreomanía,  existía este punto de propagarse por contagio. Algunas personas reconocieron no haber sido picadas por la araña, pero sí haber estado en contacto con personas que sí habían sido picadas. Por ejemplo, en 1518 se produjo uno de los mayores brotes: en Estrasburgo una mujer empezó a bailar en la calle, pocos días después eran 33 personas y al cabo de un mes eran 400 personas. Algunas murieron de ataques al corazón.

¿Por qué se le ha dado un nombre asociado al lobo? Tanto la araña como el lobo son animales de una riqueza mitológica inmensa. Ambos tienen una gran  profundidad simbólica  y los dos tienen asociadas enfermedades extrañas y legendarias, llenas de significado psicológico. Y ambos pertenecen al “lado oscuro”. Spiderman y wolf

La Tarantela está en compás compuesto 6/8. Pulsación binaria, pero subdivisión ternaria. La pulsación binaria asociada a la marcha, al caminar, es decir al ritmo propio de los seres humanos en su forma de moverse, de ir de un lugar a otro y también con los ritmos de la naturaleza como el día y la noche.  La pulsación ternaria propia de los compases compuestos se relaciona con el balanceo, movimiento que de forma espontánea el cuerpo humano realiza con los niños, en juegos y para aliviar el estrés. Es decir la tarantela nos lleva de un lugar a otro, de un espacio de enfermedad a uno de sanación y lo hace en la forma espontánea en el que el cuerpo humano se libera de la presión, del estrés, del miedo y de la inseguridad.

El veneno de la mordedura del licántropo en el que la parte salvaje y animal surge con cada luna llena, en el que la humanidad pierde y el ser contagiado da espacio sangriento a las pulsaciones más escondidas de la psique humana que no son otras que el miedo a la propia muerte, al desconcierto de la existencia, a la pulsación por la supervivencia, el instinto asesino y caníbal. El ritual es sangriento y anida en nuestro subconsciente. Se alimenta hoy en día de novelas, películas y juegos de consola u ordenador.

La araña teje los hilos de la vida y cuando quiere los corta y también dirigida por el instinto de supervivencia, devora al incauto que ha caído en su red.

¿Qué miedos y dolores despiertan estos venenos? La música y el baile propician el trance hipnótico y el sudor  para expulsarlos. La tarantela en su frenético ritmo tiene el poder de ayudar a expulsar esos venenos del alma. Combinando el modo mayor y el menos, va llevando el alma, el cuerpo y el espíritu por paisajes de alegría y de tristeza en los que el cuerpo una vez más es el instrumento para sanar, en definitiva, para evolucionar.

Los trabajos agrícolas del verano en Europa ya no son manuales y la mayor parte de la población vive en medios urbanos. Seguramente la picadura de la tarántula o la mordedura del hombre lobo no es literal. Seguramente nos acercamos más a la realidad de seres humanos picando o mordiendo, inoculando veneno en otros seres humanos.Irritación, agresividad, desesperanza… Quizás tantos jóvenes siguen los rituales antiguos en las tarantelas del presente con las músicas de los Festivales de Verano: ritmos continuos y recurrentes en los que dejarse llevar. ¿Estamos frente a las saturnales, a las bacanales, a las tarantelas actuales?

En Calabria sin embargo, los bailes están bien vivos:

Seguimos con el calor aún un mes o dos. Nos vemos a finales de agosto.

Un enlace muy interesante en el que está ampliamente explicada y documentada la tarantela:

https://etnomusic.wordpress.com/2014/01/07/la-tarantella-pervivencia-de-un-ritual/


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Tiempo y espacio

El ritmo, la melodía y la armonía forman los tres principios fundamentales de la música.

Horizontalmente hablando, la música se desarrolla melódicamente: un conjunto de notas en secuencia.

Verticalmente hablando, se desarrolla armónicamente. Las notas suenan simultáneamente creando un volumen sonoro. Son verticales porque se construyen unas encima de otras  por intervalos. Es decir por espacios sonoros entre ellas.

Una sucesión de notas, crea una melodía. La melodía es pasado, presente y futuro pues las notas que ya han sonado, las que oyes en el momento presente y las que oirás después construyen las frases melódicas.

La armonía es presente? Podría plantearse así, ya que son bloques de notas.

Aunque no es exactamente así, ya que tanto melódica como armónicamente, la música es tiempo y es efímera. Desaparece en cuanto es. Pero sin lo que ha sido (es decir, se ha oído) nuestro oído no entendería lo que es (lo que se oye en el presente) y no  podría entender lo que sucederá, (lo que se oirá). La melodía y la armonía no existen una sin la otra. Y es en la Fuga que este ser de la música es más evidente, pues una idea expresada musicalmente por una frase melódica va a ser llevada por diferentes caminos hasta crear una construcción que tiene una presencia intangible. La frase o frases son los ladrillos que van a ir formando una gran catedral musical o una humilde cabaña, según la pericia del compositor, de los intérpretes y de la finalidad de esa idea u objetivo expresivo.

Dejémonos llevar por la imaginación y al escuchar, quizás aparezcan ante nuestros ojos las construcciones que la música crea en el éter.

Lo que un clarividente ve cuando suena en un órgano de iglesia.

«Canciones sin palabras» de  Mendelssohn. Lo que un clarividente ve cuando se interpreta en un órgano de iglesia.


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LA MÚSICA DE LAS ESFERAS 2. CLÚSTER

Creo que la música es una de las puertas hacia otras dimensiones, hacia otras esferas y otros mundos. ¿El mundo del alma? ¿El mundo del espíritu? No lo sé. Como tantas personas intuyo algo así. Esa puerta o puente entre nuestra esfera material y otros mundos quizás angélicos, quizás infernales me parece una forma de recordar quienes somos realmente. O  cuál es nuestro origen. Al menos, me parece  un camino para responder a las preguntas de siempre.

Cluster Jeremy Geddes

Escribía hace semanas sobre el sonido de los planetas. La música de las esferas, decía. Oyendo el sonido de los planetas, no dejaba de recordar otros sonidos, como la música creada e interpretada por personas. Y esto me lleva a hacer un pequeño preámbulo:

Junto con el ritmo, la melodía y la armonía forman los tres principios fundamentales de la música. Notas sonando sucesivamente forman una melodía. Las notas sonando simultáneamente conforman la armonía. Y estas notas que suenan a la vez son los acordes que se construyen por intervalos. Es decir por notas con frecuencias diferentes.

Y este preámbulo tiene que ver con una armonía muy específica que usa acordes llamados clúster. Las notas que tocadas simultáneamente forman un acorde, como decía, tienen espacios entre ellas: intervalos de tercera.  Por ejemplo: el acorde de do mayor está formado por las notas do, mi y sol. Ni el re, ni el fa, se tocan y el resto de notas tampoco. Si añadimos otras notas, entonces ya es otro acorde.

En un piano estaríamos tocando teclas intercaladas.

Un acorde clúster se forma por notas sucesivas: do, do sostenido, re, re sostenido… es decir por intervalos de segunda (mayor o menos). En el piano se entiende fácilmente pues tocaríamos  a la vez teclas unas al lado de las otras.

Tradicionalmente se consideran inarmónicos. Disonantes. Que suenan mal.

Sin embargo, desde el s. XVI se conocen estos acordes y algunos autores los han usado esporádicamente. Por ejemplo Verdi en la ópera Otelo. Es a partir del s.XX. cuando se ha investigado y usado esta armonía tanto en música clásica como en jazz y especialmente en bandas sonoras de películas de suspense,  terror o ciencia ficción. Justamente por el clima emocional de incertidumbre, inseguridad y desconcierto que genera por la falta de centro armónico.

Pero lo que ocurre con algunas de las composiciones actuales especialmente para canto, no parece suscitar este tipo de clima emocional. Es más, no sólo son reacciones emocionales las que genera sino también fisiológicas. Tal y como la terapia de sonido postula.

Los clúster se forman sumando notas. Se van añadiendo notas con relaciones armónicas muy cercanas entre ellas hasta tener muchas notas sonando juntas. Se forman como en un racimo, que es justamente lo que clúster significa. Y la cuestión es que al final tenemos la relación de armónicos expresándose conjuntamente en el más sutil plano material de la energía que es el sonido junto con la luz. Es también lo que suena al procesar las frecuencias de los planetas.

El sonido de los planetas que oímos gracias a la Nasa, resulta que se parece bastante a la música de algunos compositores que usan este tipo de armonía. Como la música de “2001:  Odisea en el espacio” que comentaba en el post: https://wordpress.com/post/52323258/256/

Ligeti fue discípulo de Bela Bartok que a su vez lo fue de Henry Cowell, pionero en promocionar este recurso armónico a principios del siglo XX.

Actualmente Eric Whitacre es conocido por su estilo basado en este tipo de armonía. Él dice:

«Desde mi más temprana experiencia de cantar en un coro me encantaba cantar tanto segundas mayores como segundas menores con otras voces. Todavía me hace reír, me hace sentir hormigueo. Y por alguna razón, sólo ocurre con las voces. Me encanta este sonido con cuerdas o metal, pero de alguna manera con la voz humana cuando están tan cerca entre sí, es exquisita para mí. Y así, creo que porque yo tiendo a usar un poco esos gestos, los cantantes están tal vez teniendo una respuesta fisiológica cuando están cantando mi música – que les hormiguea de la misma manera que a mí «. – Eric Whitacre

http://ericwhitacre.com/music-catalog

A mí me ocurre. Hay una respuesta física y energética además de la esperada reacción emocional cuando escucho estas composiciones. Al igual que al escuchar los sonidos de los planetas. Como les ocurrió a los científicos que oyeron esos sonidos por primera vez al procesar sus frecuencias.

Que el sonido de los planetas y la música creada con esta estructura expresada a través de la voz humana se parezcan y que el efecto físico y emocional sea el mismo es lo que me da que pensar, pues parece una evidencia de un estado olvidado y que de pronto recuerdo. Intuyo una pertenencia. Siento una nostalgia de algo lejano o perdido que reencuentro, que vuelve a mí después de un largo y accidentado viaje.

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Para quien quiera profundizar sobre la conexión entre la creación musical y la ciencia. En inglés.

Emitido en directo el 05 de mayo. 2015
Desde St. Paul, Minn., Compositor Eric Whitacre se unirá American Public Media Brian Newhouse acerca de la creación de su obra más reciente, «Deep Field».


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Un piano de juguete

hugh-laurie-with-schoenhut.jpg-2-214x300 (1)Hoy  1 de mayo. Día del trabajo. Estaba pensando en el significado de la palabra trabajo y en que siempre me ha intrigado que el día del trabajo se celebre no trabajando.

La mayoría de personas sufren más que disfrutan del trabajo que tienen. Muchas lo que sufren es no tener ningún trabajo en absoluto.  Las condiciones laborales pueden llegar a ser explotación pura y dura…  Así se puede entender que se quiera celebrar con una fiesta.

Me gustaría que cuando todos pensáramos en “trabajo”, surgiera una sonrisa en nuestros labios. Sería genial que fuera sinónimo de “juego”, para que todos asociáramos tantas horas de nuestra vida a momentos de placer y alegría, de creatividad y de compartir.

Quien se dedique a una actividad que ama y que le permite realizarse como ser humano, sabe que es así. El tiempo se detiene y nos instalamos en una sensación de pertenecía y completitud.

Las labores creativas tienen esta dimensión.  Las horas y horas de dedicación, ensayo y pruebas se disfrutan sobre todo  en el momento en que una creación se redondea y ya está lista para sentirla y disfrutarla. Y  ese proceso es una forma de afinarnos. Ese proceso nos cura. Es como un juego que sin saber cómo, nos ha llevado a aprender o integrar alguna cosa que de otra forma hubiese sido imposible o en todo caso mucho más difícil.

Se puede jugar con la música de muchas formas. Pensaba en los juegos matemáticos para hacer música como el de los dados de Mozart del que hablaré en otro momento. Pero he recordado el sonido de los instrumentos de juguete que solemos menospreciar tanto como los trabajos humildes.

Ambos son importantes. Y además nos llevan a recuerdos muchas veces necesarios para traer al presente sentimientos y emociones que pueden ayudarnos a entender quienes somos o a recordar partes de nosotros mismos que olvidamos hace tiempo.

Es como la melodía de un saxofón de juguete tocada por un payaso en el centro de la pista.


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La canción de la Tierra

¿Como no íbamos a buscar el sonido de la Tierra?

Dicen los científicos que su canción es la canción de las ballenas. Un coro espléndido.

Para el día en el que algunos de los humanitos que nos paseamos por su cuerpo generoso celebramos su cumpleaños .

Gracias mami.


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LA MÚSICA DE LAS ESFERAS 1

Ilustración para la portada del libro de Mario Satz La música de las esferas, editado por Dairea Ediciones.El sonido como lo conocemos en la Tierra es un fenómeno relacionado con el aire que nos envuelve y que nos permite la vida. Y desde siempre se nos ha dicho que en el espacio no hay sonido: es un vacío virtual en el que no caben las ondas sonoras.

En “2001 Odisea en el Espacio”, Stanley Kubrick relacionó ese silencio estremecedor con el vals más famoso de Richard Strauss: el Danubio azul. El Universo ya tenía sonido. Siglos de especulaciones sobre lo que Pitágoras decía sobre La Música de las Esferas y por fin el Universo tenía una melodía. Eso fue en 1968.

Jupiter-Europa

Júpiter y Europa

Apenas 9 años después  la NASA envío al espacio las sondas espaciales Voyager I y II con la misión de explorar el espacio interestelar y localizar los límites del sistema solar. Una serie de grabaciones que las sondas  enviaron a la Tierra dan una nueva visión al concepto de La música de las Esferas.  Estas grabaciones estaban obtenidas con instrumentos diseñados para captar las vibraciones electromagnéticas gracias a las antenas de Plasma Wave que estaban diseñadas para captar vibraciones dentro del rango del oído humano (entre 20 y 20.000 hertzios).

Así que una vez en la Tierra ya podíamos “traducirlas” y oírlas.

SAturno

Saturno

Cada planeta, la luna o  los anillos de Saturno tienen patrones diferentes, con un distintivo que podríamos calificar de  musical.

El caso es que representantes de la NASA  y el Jet Propulsion Laboratory propusieron al Dr. Jeffrey D. Thompson, experto en neuroacústica, experimentar con esta serie de grabaciones ya que parecían tener un efecto de profunda relajación en los científicos e investigadores que estaban expuestos a ellas. El Dr. Thompson ha trabajado con sonidos primordiales (del cuerpo humano y de la naturaleza) para  la sanación física y emocional estudiando el efecto y resultados en el cuerpo y la mente.

Os propongo experimentar con estos sonidos, de momento con Júpiter y Saturno. Algunas personas los usan para trabajar, otras para relajarse o la meditación. Personalmente, unos sonidos me ayudan a concentrarme en trabajos de planificación y creación y otros  en la relajación o estados meditativos o de ensueño. A ver si coincidimos!!!

Júpiter:  

Saturno: 

Propongo también escuchar la banda sonora de “2001. Odisea en el espacio”. Algunas de las piezas  parecen sacadas directamente del espacio. La semejanza con los sonidos de los planetas es turbadora, especialmente las composiciones  de Ligeti. No es una coincidencia, creo.

  1. Overture: Atmospheres – Gyorgy Ligeti [2:51]
  2. Main Title: Also Sprach Zarathustra (Thus Spake Zarathustra) – Richard Strauss [1:43]
  3.  Requiem For Soprano, Mezzo Soprano, Two Mixed Choirs & Orchestra – Gyorgy Ligeti [6:33]
  4. The Blue Danube (Excerpt) – Johann Strauss [5:43]
  5. Lux Aeterna – Gyorgy Ligeti [2:56]
  6. Gayane Ballet Suite (Adagio) – Aram Khachaturian [5:17]
  7. Jupiter And Beyond – Gyorgy Ligeti [15:15]
  8. Also Sprach Zarathustra (Thus Spake Zarathustra) – Richard Strauss [1:43]
  9. The Blue Danube (Reprise) – Johann Strauss [8:20]
  10. Also Sprach Zarathustra (Thus Spake Zarathustra) – Richard Strauss [1:43]
  11. Lux Aeterna – Gyorgy Ligeti [6:02]
  12. Adventures (Unaltered) – Gyorgy Ligeti [10:57]
  13. Hal 9000 [9:41]

Ilustración: (Patricia Moreno para la portada del libro de Mario Satz La música de las esferas, editado por Dairea Ediciones. 

http://www.patriciamoreno.net/Musica-de-las-esferas)