Creo que la música es una de las puertas hacia otras dimensiones, hacia otras esferas y otros mundos. ¿El mundo del alma? ¿El mundo del espíritu? No lo sé. Como tantas personas intuyo algo así. Esa puerta o puente entre nuestra esfera material y otros mundos quizás angélicos, quizás infernales me parece una forma de recordar quienes somos realmente. O cuál es nuestro origen. Al menos, me parece un camino para responder a las preguntas de siempre.
Escribía hace semanas sobre el sonido de los planetas. La música de las esferas, decía. Oyendo el sonido de los planetas, no dejaba de recordar otros sonidos, como la música creada e interpretada por personas. Y esto me lleva a hacer un pequeño preámbulo:
Junto con el ritmo, la melodía y la armonía forman los tres principios fundamentales de la música. Notas sonando sucesivamente forman una melodía. Las notas sonando simultáneamente conforman la armonía. Y estas notas que suenan a la vez son los acordes que se construyen por intervalos. Es decir por notas con frecuencias diferentes.
Y este preámbulo tiene que ver con una armonía muy específica que usa acordes llamados clúster. Las notas que tocadas simultáneamente forman un acorde, como decía, tienen espacios entre ellas: intervalos de tercera. Por ejemplo: el acorde de do mayor está formado por las notas do, mi y sol. Ni el re, ni el fa, se tocan y el resto de notas tampoco. Si añadimos otras notas, entonces ya es otro acorde.
En un piano estaríamos tocando teclas intercaladas.
Un acorde clúster se forma por notas sucesivas: do, do sostenido, re, re sostenido… es decir por intervalos de segunda (mayor o menos). En el piano se entiende fácilmente pues tocaríamos a la vez teclas unas al lado de las otras.
Tradicionalmente se consideran inarmónicos. Disonantes. Que suenan mal.
Sin embargo, desde el s. XVI se conocen estos acordes y algunos autores los han usado esporádicamente. Por ejemplo Verdi en la ópera Otelo. Es a partir del s.XX. cuando se ha investigado y usado esta armonía tanto en música clásica como en jazz y especialmente en bandas sonoras de películas de suspense, terror o ciencia ficción. Justamente por el clima emocional de incertidumbre, inseguridad y desconcierto que genera por la falta de centro armónico.
Pero lo que ocurre con algunas de las composiciones actuales especialmente para canto, no parece suscitar este tipo de clima emocional. Es más, no sólo son reacciones emocionales las que genera sino también fisiológicas. Tal y como la terapia de sonido postula.
Los clúster se forman sumando notas. Se van añadiendo notas con relaciones armónicas muy cercanas entre ellas hasta tener muchas notas sonando juntas. Se forman como en un racimo, que es justamente lo que clúster significa. Y la cuestión es que al final tenemos la relación de armónicos expresándose conjuntamente en el más sutil plano material de la energía que es el sonido junto con la luz. Es también lo que suena al procesar las frecuencias de los planetas.
El sonido de los planetas que oímos gracias a la Nasa, resulta que se parece bastante a la música de algunos compositores que usan este tipo de armonía. Como la música de “2001: Odisea en el espacio” que comentaba en el post: https://wordpress.com/post/52323258/256/
Ligeti fue discípulo de Bela Bartok que a su vez lo fue de Henry Cowell, pionero en promocionar este recurso armónico a principios del siglo XX.
Actualmente Eric Whitacre es conocido por su estilo basado en este tipo de armonía. Él dice:
«Desde mi más temprana experiencia de cantar en un coro me encantaba cantar tanto segundas mayores como segundas menores con otras voces. Todavía me hace reír, me hace sentir hormigueo. Y por alguna razón, sólo ocurre con las voces. Me encanta este sonido con cuerdas o metal, pero de alguna manera con la voz humana cuando están tan cerca entre sí, es exquisita para mí. Y así, creo que porque yo tiendo a usar un poco esos gestos, los cantantes están tal vez teniendo una respuesta fisiológica cuando están cantando mi música – que les hormiguea de la misma manera que a mí «. – Eric Whitacre
http://ericwhitacre.com/music-catalog
A mí me ocurre. Hay una respuesta física y energética además de la esperada reacción emocional cuando escucho estas composiciones. Al igual que al escuchar los sonidos de los planetas. Como les ocurrió a los científicos que oyeron esos sonidos por primera vez al procesar sus frecuencias.
Que el sonido de los planetas y la música creada con esta estructura expresada a través de la voz humana se parezcan y que el efecto físico y emocional sea el mismo es lo que me da que pensar, pues parece una evidencia de un estado olvidado y que de pronto recuerdo. Intuyo una pertenencia. Siento una nostalgia de algo lejano o perdido que reencuentro, que vuelve a mí después de un largo y accidentado viaje.
Para quien quiera profundizar sobre la conexión entre la creación musical y la ciencia. En inglés.
Emitido en directo el 05 de mayo. 2015
Desde St. Paul, Minn., Compositor Eric Whitacre se unirá American Public Media Brian Newhouse acerca de la creación de su obra más reciente, «Deep Field».

