Ese movimiento repetido que es la vibración y que genera la energía que en nuestro caso toma forma de ondas sonoras, puede medirse. Es lo que llamamos frecuencia.
La persona que cada mañana va a sus obligaciones en tren, en metro o en bus conoce la frecuencia de paso del transporte que habitualmente utiliza. El metro, sé que pasa cada 5 minutos, que el bus pasa cada 10 y que el tren tiene una frecuencia de paso de cada hora. La frecuencia es la repetición de manera habitual de un acto o suceso. Es el número de veces que se repite en un intervalo de tiempo.
Cuando aplicamos la magnitud de frecuencia a las vibraciones estamos hablando de las veces que el aire, el agua o un sólido está generando ondas porque una fuerza X se ha producido. Cuantas más ondas, mayor frecuencia.
Nos hemos puesto de acuerdo (el Sistema Internacional) en mediarlas por segundos y en dar un nombre para la unidad: el hercio (Hz).
Exactamente igual que cuando medimos una cosa en función del metro o pesamos algo en función del gramo.
Así, si un ciclo es la repetición de un suceso, el hercio representa un ciclo por cada segundo.
La Frecuencia 261,63 Hz es la que corresponde al sonido que generamos al tocar la tecla central de un piano. Puede expresarse de diferentes maneras:
– En el sistema latino que usan países como Francia, Bélgica y España se le llama do3
– En el sistema anglosajón, C3
– En el índice registral científico internacional, do4
– En notación musical:
Notas:
En el caso de la voz humana, vibran las cuerdas vocales con la capacidad de emitir sonidos con frecuencias que varían aproximadamente entre los 80 Hz (voz bajo) y los 1.400 Hz (voz soprano).
El oído humano es capaz de oír vibraciones entre 20 y 20.000 Hz
